martes, 30 de enero de 2024

Pequeñas palabras sobre la superación de un sufrimiento, o de la causa y efecto y la imbecilidad de su negación.

 A veces voy pensando cosas. Y me da miedo. Porque no sé muchas cosas que quisiera saber como para estar más tranquilo. Pero no puedo hacer nada ahora, así que después de sufrir un rato, pienso: "Ya no importa, será para otro día". Siempre es para otro día, porque sé que no puedo hablar ahora con quien es necesario. Y a veces me perturba pensar que me sigue importando. ¿Es bueno que me siga importando? No. Me hace daño. Pero, ¿qué puedo hacer? Son mis sentimientos. Y lo único que he ganado reprimiéndolos es solo más sufrimiento. No soy objetivamente una mala persona por esto, mas por algún motivo se me ocurre pensarme a mí mismo como una. ¿Por qué? Simplemente porque no puedo soltar eso. Pero no se trata de que no quiera, sino que no puedo. Porque detesto dejar todo a medias, porque ya he dejado demasiadas cosas así, en el limbo de la incertidumbre. Y estoy cansado de que la gente piense que las cosas pasan y se van, y que no tienen consecuencias. No sabe cuánto me ha hecho crecer todo esto. Y no puedo soportar la idea de que me mire en menos porque aún me sigue importando.

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